Ser actriz no es solo una profesión, es también una forma de vida. Actuar es un reto constante que pone en juego mi intelecto, mis emociones, mi cuerpo y en el que, por mucho que me prepare, siempre me encuentro frente a ese salto al vacío en el que hay que tirarse sin mirar atrás. No tener nunca certezas y vivir el momento a cada paso.
¡Hay tanto por aprender! Y eso me fascina, siempre en movimiento.
Actuando, ensayando, hay un momento mágico en el que no hago nada más que dejar que las cosas pasen a través de mí; las historias, los personajes, una vida que surge.
Actuar me permite conocerme mejor, reconciliarme conmigo misma y sacar partes de mí que van ocultas en mi vida corriente. Conectar así también con los demás y comprender desde dentro que “todo lo mío es humano y todo lo humano es mío”. Amo mi trabajo y soy feliz por poder dedicarme a ello.
El arte nos salva la vida.